LA MARAVILLA
La maravilla más
maravillosa del mundo es nuestro cuerpo. Sin embargo lo machacamos, lo
estresamos, lo vilipendiamos, lo tratamos como un trapo inútil.

Hay cuestiones que nuestro yo interno acepta como dogma. Por ejemplo: Levantarse con el pié derecho conlleva preocupaciones y problemas más leves, más fáciles de resolver. La vida tiene un “saborcillo” diferente.
Levantarse con el pie
izquierdo: Todo se vuelve poco menos que insoportable, la vida se nos cae
encima, todo nos sale mal.
Basta que en un momento de
plena felicidad, alguien, sin querer, nos pise un pié y ¡voló la felicidad!
Adiós prudencia y fin del mundo feliz.
Otras veces un simple dolor
de espalda repercute en nuestra postura; en algunos casos hasta el extremo de
curvarnos lo suficiente para dificultar la expansión de nuestros pulmones. En
cuyo caso nuestras células comienzan a acusar la falta de oxigeno y entonces,
para colmo de males, hacen su aparición los trastornos digestivos.
La crispación prolongada de
nuestra nuca y hombros, produce estados de fatiga, a través de la irritación de
los nervios, notamos hormigueo en los brazos y las manos; así como una penosa
sensación de pesadez de cabeza y mala irrigación. Producto de lo cual puede
producirnos una indigestión creando una tensión abdominal que frena los
movimientos del diafragma y nos expone a una constipación.
Nuestro cuerpo, esa
maravilla de obra, es una unidad indivisible. Por lo que, cualquier
perturbación en sus funciones repercute, como hemos visto, sobre otras funciones.
“Me duele el estómago.
Tengo los nervios de punta, respiro mal, etc. etc.” ¿Les suena?
Seamos conscientes de la
realidad:”Cuando sufrimos de un trastorno cualquiera, nuestro cuerpo entero
está enfermo” y reclama, nuestra atención y cuidados determinados. El
equilibrio fisiológico, en su conjunto está afectado; aunque un órgano nos
ocasione más sinsabores que el resto.
Tenemos que reestablecer
una comunicación real, consciente, con nuestro cuerpo, con nuestras funciones
orgánicas. Hemos de establecer lazos esenciales con nuestro interior,
consciente de que “la felicidad está en nosotros mismos”.
Redescubramos el potencial
escondido que nuestro cuerpo encierra:
No puede vivir sin:

En estos momentos cabe
pararse un momento y pensar en la importancia y la necesidad, con mayúsculas, que el ser humano tiene de trabajar por
mejorar su salud y bienestar, con eso
que es imprescindible para: “estar mejor” “sentirse mejor” “Sentirse bien consigo
mismo en cuerpo y mente”; que se llama YANG SHEN SHU ZEN o Chi Kung Zen, cuya
práctica es siempre motivo de satisfacción, y de cuyos beneficios disfrutan,
ya, en el mundo, millones de personas a través de un trabajo que permite,
simultáneamente, fortalecer el cuerpo y desarrollar nuestras cualidades
psíquicas, a través de una labor que encarna la esencia del Taoismo ancestral:
cosmovisión que reverencia la naturaleza como fundamento de una vida armónica.
En el momento actual que
nos ha tocado “subsistir”, un término predomina sobre los demás: TENGO.
Tengo un hombre, tengo una
mujer, tengo hijos, tengo amigos, tengo una situación, tengo un automóvil,
tengo una casa, tengo problemas, tengo necesidad de... tengo malestar, tengo
hambre, tengo sed, tengo deseos de.... tengo, tengo, tengo....
“ASI SE COMPRENDE la falta
de tiempo para “SER”, simplemente SER”. ¿Ser o no ser? Henos aquí convertidos
en mutantes de una realidad, viviendo un
futuro del presente y el porvenir del futuro. Esta es la triste realidad.
Sucede así frecuentemente, y nada se puede hacer... Uno se acostumbra a “toó”.
Abrimos nuestras ventanas y
miramos hacia fuera, siempre hacia el exterior; nunca hacia adentro, a nuestro
interior. Miramos allá a lo lejos la hermosa montaña, su cumbre, y todo lo más que llegamos a hacer es pensar:
¡Que alta! ¡Que hermosa! Y, a lo sumo, llegamos a la concluir con un: “¡Ya me
gustaría subir allá arriba!”. Así un día y otro... ¡¡ Que pena!!
Buscamos siempre lejos de
nosotros, sin darnos cuenta que todo está dentro de nosotros mismos: “SER Y
ESTAR BIEN” ¡Es posible! Está a nuestro alcance.
No podemos conformarnos con
pensar, día tras día, que la montaña es grande, que la montaña es alta, que la
montaña es bella. ¡NO! No podemos conformarnos con soñar constantemente con lo
que “podía haber sido y no fue” e iniciemos, por fin, el camino hacia la
cumbre. “Este será un gran día, al margen de que llueva o haga sol”.
Descubramos ya la alegría de sentir la energía en nuestro cuerpo, de una forma
natural; a través de una adecuada concentración, producto de una apropiada
respiración. Es hora de sentir como esa energía, que todos llevamos dentro, se
moviliza de forma natural, por mediación y a través de un trabajo simple,
sencillo, espontáneo, no forzado, que transmite la práctica del Yang Shen Shu
Zen, que es la esencia misma de la naturalidad armónica.
Seamos valientes y
aceptemos, sin tapujos, nuestra parte de instinto animal, en su acepción más bella, más ingenua, más noble.
- AFLOJEMOS NUESTROS TENDONES:
Estamos constantemente con
nuestros tendones en tensión. Distenderse está al alcance de todos. Es
inmediato y fácil. Es cuestión de voluntad. Estirarse suavemente.... relajar
suavemente. Es un reflejo corporal que debemos adquirir y utilizar
cotidianamente.
- RELAJAR LOS MUSCULOS:
Aquí estamos ustedes y yo,
pendientes unos de otro y a la inversa. Tensionados, crispados, quizás hasta
cansados de tanta perorata. La respiración bloqueada, la espalda curvada, los
hombros caídos, dispuestos a buscar contradicciones a lo que yo digo... ¡Somos
combatientes!... ¡nuestra capacidad de aguante está en peligro! ...¿nos
vamos... o nos quedamos?...
- ¡FLEXIBILICEMONOS!:
¿Cómo suenan las
articulaciones de los dedos... el
cuello....la espalda? Estamos rígidos, bloqueados, anquilosados...pero no
importa.... ¡Hay que mantener el tipo! Estamos tan acostumbrados a vivir con
los tendones en tensión, con los músculos contraídos, que, casi, no nos
sorprende que nuestras articulaciones sufran por ello... ¡Hay que mantener el
tipo, como sea! Cuidado: pecho fuera...cuerpo estirado....cabeza erguida; que
viene la vecina... ¡Qué cosas! ¿Verdad?
- ¡AIREEMONOS!
¡Aquí no se puede respirar!
¿Cuántas veces hemos oído esta frase, sin darnos cuenta del grito de “socorro”,
lanzado por nuestros pulmones?
Qué ironía: Estamos
rodeados de aire y sin embargo nos falta aire.
El aire es nuestro alimento
esencial: Todas nuestras células tienen necesidad de oxigeno; sobre todo las
nerviosas: las grises y las otras.
El equilibrio de nuestro
sistema nervioso, que rige el pensamiento, la acción, la digestión, la
eliminación... En una palabra: nuestra evolución,
está ligado a la vida, por ese cordón umbilical que es la respiración.
¿El debilitamiento de un
buen número de nuestras funciones no se deberá a una negligencia por nuestra
parte, al no prestar la atención debida a nuestro cuerpo?
Aire, aire puro para
nuestros pulmones. Hay que aprender a respirar. Con una respiración adecuada
viviremos mejor. Todos nuestros órganos están implicados en este proceso. Y,
por si fuera poco, nuestros pulmones gobiernan nuestra energía y son sensibles
a nuestros cambios emocionales: Enfado, tristeza, irritación....Respira,
respira hondo!
- ¡IRRIGUEMONOS!
El tabaco. El colesterol
alto. El estrés. El sedentarismo. El alcoholismo. Los malos hábitos en general,
son causas que influyen negativamente en el comportamiento de nuestro corazón y
otros órganos.
El ejercicio,
razonablemente practicado, combinado con unos buenos hábitos y una dieta
adecuada, conjuntamente con una apropiada respiración, garantiza un estado más
saludable.
1. + “buen colesterol”
sanguíneo
2. Baja, sensible, de la
tensión arterial. (Hipertensión)
3. Desarrollo de nuevas redes circulatorias
etc., etc.
El infarto: Campeón absoluto
de enfermedades mortales, no debe hacernos olvidar otras dos enfermedades
circulatorias:
1.
El accidente vascular
cerebral:
Verdadero “infarto” del cerebro, cuyas consecuencias son a menudo dramáticas. (Hemiplejia)
2.
La artritis de las piernas, que puede conducir a la gangrena.
Nuestra capacidad mental
puede verse afectada por una circulación cerebral insuficiente. La disminución
y el bloqueo de nuestras facultades intelectuales son los primeros signos.
- Después del aire, el
agua
es la que anima la vida.
“Para ser fértil, la tierra necesita agua”.
Para estar sano el cuerpo
necesita, además, una buena circulación sanguínea.
- DESCOMPRIMAMONOS:
Ya conocemos que estamos
tensos, crispados, rígidos, respirando mal, mal nutridos, amenazados por
enfermedades cardiovasculares y de todo tipo. Y, por si no fuera suficiente,
vivimos constantemente sometidos a “presión”, en una sociedad, sin valores y
cuyo único dogma es someternos a una implacable competición.
El sistema nervioso es el
barómetro de nuestro estado de presión: “Cuanto más enervado se está, más se
sube todo a la cabeza”
Aprender a relajarse de las tensiones cotidianas,
aprender a modificar nuestra forma de pensar, es el gran secreto.
Liberar la mente, aunque
solo sea de manera temporal, de sus torbellinos, tensiones, temores e
insoportables verbalizaciones, es siempre un paso, y no pequeño, hacia ese
bienestar psíquico que hace al hombre más fructífero, para sí mismo y para los
demás.
El mejor sistema relajante,
el mejor sistema contra el estrés y la tensión, lo tenemos dentro de nosotros
mismos; e inconscientemente lo practicamos a cada instante...LA RESPIRACIÓN.
Con tan solo aprender a respirar, profunda y conscientemente
lograremos un gran descanso, un gran relax y nuestras tensiones desaparecerán.

¿Lo hacemos, tal vez, para
que los demás nos presten atención? Quizás lo hagamos con la finalidad de que
se enteren de nuestro dolor. ¡NO...! Cuando suspiramos es como si se sacara el
tapón de una gran botella interior, llena de tensión; y dándole salida,
inconscientemente, nuestro pecho, se libera, momentáneamente, de la tensión, se
relaja y una cierta dosis de paz inunda nuestra alma.
El suspiro es el más
antiguo y natural sistema de relajación que conocemos. Es un mecanismo
automático de defensa que nuestro
organismo pone en funcionamiento para aliviar nuestro desgarrador dolor
interno.
¡Sí! Suspirar es muy
saludable. “Es el grito libertario de las tensiones reprimidas”, Suspire
siempre que su organismo lo precise.
Cuando este ansioso, en un
estado que le oprima físicamente el pecho, deje que suspire. De pie, sentado, tumbado, andando, en casa, en la oficina
SUSPIRE PROFUNDAMENTE; sin importarle emitir un sonido de alivio, mientras el
aire va saliendo de sus pulmones.
NO SE CORTE JAMAS. Para que
sea realmente relajante, ha de ser espontáneo,
desinhibido, sin trabas. Tal alto como sea preciso: una, dos, tres o más
veces, dejando que el aire salga de lo más profundo del alma, llevándose
consigo todas las penas, las frustraciones, las tensiones.
“Todos los sabios, saben que
un SUSPIRO cura el CORAZON
un RESOPLIDO, los RIÑONES...
echar el aire fuera CURARÁ
EL ESTÓMAGO
y un respirar suave,
refresca el calor del HIGADO,
Mientras que un GRITO
detiene la INGESTION”
(Estrofa china)
Con la práctica del Yang Shen Shu Zen, o Chi Kung Zen, muchas personas obtienen paz y confianza, vencen el miedo y la inseguridad, a veces abrumadores, que nos rodean en esta vida.
Practicando Yang Shen Shu
Zen: “cada mañana es una excelente mañana. Cada día es un buen día. Cada minuto
es un excelente minuto, sin importar si llueve o hace sol”.
¿Qué
tal, como se sienten? Confío que a partir de este mismo instante presten
especial atención a su cuerpo, lo mimen un poquito, no demasiado. Sean felices
y disfruten de armonía, paz y alegría...
¡MUCHAS GRACIAS!
D. Dossío
Zen-Chishiki
Pte. Asociación Española CH.K.Z.
Es,sin duda, el mejor articulo que sobre el tema he leído. Lo recomiendo
ResponderEliminarEs ustede un grande master de mucho valia. Desde Brasilia moito obrigado
ResponderEliminar